Su autoría se atribuye a Ulpiano Domicio, una de las grandes autoridades jurídicas romanas. La máxima, originaria de la antigüedad, parece seguir siendo relevante. Según ella, las normas jurídicas aplicables tienen prioridad sobre cualquier otra norma y valor no jurídico. Según el paremma dura lex, sed lex, la ley debe ser estrictamente respetada, independientemente de las consecuencias de la aplicación de las normas jurídicas.